Cuando ya casi no se te pegue, sácala del envase y ponla en una superficie plana, limpia y con un poquito de harina. Amasa con fuerza por unos 10 minutos. Estírala y vuélvela a juntar repetidas veces, la idea es que la masa se ponga elástica. Si aun se te sigue pegando un poco en los dedos, agrégale más harina, pero siempre en pequeñas porciones. Sigue amasando hasta que luzca compacta y uniforme.